Hace casi dos años, con motivo de cumplir la Corriente de Unidad Frenteamplista 25 años de su creación escribí y publiqué una nota en la que además de hacer el reconocimiento a esa trayectoria, que para muchos ha sido olvidaba o simplemente desconocida, ponía en evidencia la situación política, interna pero con trascendencia pública, que padecía el Frente Amplio debido a no haber resuelto correctamente, algunas cuestiones de particular sensibilidad social. Si bien casi un mes después, hubo un cambio de actitud, en cuanto no seguir desairando los pedidos desde la militancia para entrar en un debate en serio, instalándose talleres para llegar a conclusiones, síntesis de una elaboración colectiva y por supuesto, definiendo lineamientos de acción, lo que siguió a ello fue tan poco expeditivo que ciertos cimbronazos del 2011,tuvieron mayor repercusión que las intenciones por encarrilar la situación.
Haciendo algunas modificaciones más actualizadas, realizaré una nueva publicación porque el 27 de Mayo próximo estará la CUF participando en las elecciones internas del FA con su lista 9393, única forma de continuar como integrante del Plenario Nacional y de las Departamentales donde tenemos compañeros militando en el FA.
CORRIENTE DE UNIDAD FRENTEAMPLISTA-18de Agosto, 1985-2010
25 AÑOS de CONSECUENTE FRENTEAMPLISMO.
Nació por aquella conjunción humana que desde una apreciación retrospectiva de la situación previa al oscuro período dictatorial, se manifestó en la necesidad de acumular voluntades inclinadas a una propuesta alternativa al socialismo. Y ya en la propia recuperación democrática, fue definiéndose por la profundización de los cambios estructurales, recuperando progresivamente, las libertades conculcadas, con la ineludible participación del Pueblo.
Concepción estratégica surgida del intelecto de Rodney Arismendi, aplicable a la organización de los frentes populares que tuvo en el Frente Amplio su expresión más genuina, reafirmado en el discurso del Cro. Gral. Líber Seregni al salir de prisión, reivindicando al mismo tiempo, su vigencia como fuerza política pacificadora para los cambios en paz, pluralista, popular y democrática, defensora de la soberanía y la justicia social, anti imperialista y anti oligárquica.
A.I.D.A. (Agrupación de Independientes Democracia Avanzada) surgió desde esa concepción, como instrumento favorable para reunir un conjunto de personas que no rechazaban el relacionamiento político con el PCU y sus aliados; haciéndose eco de lo expresado por Germán en reconocerlo como garantía de frenteamplismo. Una etapa en que se fortaleció la participación del movimiento para la reapertura de los Comités de Base y consecuentemente, la movilización tendiente a la liberación de los presos y el retorno de los exiliados.
A partir de ello, otras exigencias llevaron a la decisión de conformar un agrupamiento que sirviera de techo al conjunto de independientes o frenteamplistas a secas, cuya preocupación mas importante era la del crecimiento cuantitativo y cualitativo del F.A. como opción de gobierno; y para el impulso de su proyecto de transformaciones.
DE A.I.D.A. A LA CUF DE GERMÁN
Con los mismos principios sustentados en AIDA, surgiría la Corriente de Unidad Frenteamplista el 18 de Agosto de 1985 en Maldonado, luego de 2 históricas jornadas que comenzaron el día anterior, recibiendo satisfacción y compromiso por parte de Germán, lo cual trasmitiría con su particular entusiasmo al Cro. Seregni, como presidente de la fuerza política pero principalmente, como un insoslayable referente ético, consideración hecha sin nombrarlo, en su mensaje navideño de 1980.
No es del caso desarrollar aquí los innumerables aportes políticos que nuestra organización hizo al FA, ya que han sido recogidos en esa acertada recopilación realizada por Miguel Aguirre Bayley en el libro “Germán, el Frente Amplio y la CUF” que fuera presentado el año pasado y cuyos derechos de autor cedió, generosamente, en beneficio de aquella. No obstante, deben resaltarse algunos aspectos que justifican esta permanencia durante un cuarto de siglo.
Porque el imaginario colectivo se alimenta del conocimiento (por lo menos básico) de las cosas y al no contar con la suficiente información, es natural que se ignoren los motivos que llevaron al mantenimiento de una propuesta concebida para reafirmar la imprescindible unidad en el impulso de las ideas plurales que expresan los distintos componentes del Frente Amplio. Y puede, inconscientemente, extenderse la partida de defunción al proyecto, una vez que desaparece su más destacado realizador.
Así nos pasó desde que murió Germán, al que pudimos disfrutar casi 8 años desde el nacimiento de la CUF para luego soportar una pesada mochila durante los restantes 17 años sin él, empecinados en reivindicar sus posiciones políticas en el seno del Frente Amplio y su estatura moral en la defensa del derecho de los desposeídos, de la prevalencia de la justicia sobre la conveniencia y de la verdad como pilar insustituible de la Democracia.
Interpretando su línea de pensamiento sin aferrarnos, estrictamente, a los versículos doctrinarios. Compromiso asumido por nuestro Plenario Nacional a poco más de un mes de su fallecimiento y revisando algunos pronunciamientos (p/e con respecto al MERCOSUR) adoptados en vida de Germán que llevó a que algunos se horrorizaran, sin comprender que entre las enseñanzas estaba la de actuar con cabeza propia.
Como también la de anteponer el interés colectivo, postergando sin renunciar a nuestras pretensiones de que el Frente Amplio ajustara su actuación a los principios fundacionales, dado que fuimos derrotados por la razón de la fuerza que imponían los coaligados en una suerte de reformulación, surgida ante la cercanía del poder, y que se manifestaba como cultura de gobierno.
Estoy refiriéndome a una etapa de hace 20 años que marcó un cambio en la orientación, basada en una estrategia de acumulación por coincidencias políticas sectoriales, a cuya implementación se le dio rango institucional y por ende, demandaba consiguientes reformas de la Constitución. Pero ignorando el llamamiento a la participación y consulta a la militancia frenteamplista.
Aún cuando mucho de lo que pasó contaba con la aprobación de Seregni, fue a partir de su renuncia que se precipitó la tendencia a ejercer el dirigismo desde la mayoría en la dirección frenteamplista; y cuando las reglas de juego no resultaban agradables a un paladar acostumbrado a las mieles del poder, se cambiaba la receta, como sucedió en la reforma estatutaria de 1993. Se impuso desde entonces, una línea de sujeción a la cantidad de votos que pudieran aportarse para merecer la integración a los superiores niveles de dirección.
Nosotros, como tantos de los sectores definidos como chicos (si fuera en fútbol, se nos identificaría como “en desarrollo”) debimos soportar permanentes magulladuras en ese transitar a puro barquinazo que imponía el conductor de turno para acomodar la carga; en un vehículo de incierto recorrido y destino, pagando pasaje como el que más pero sin disponer de los canales colectivos de expresión democrática, salvo cuando la dirigencia consideraba que podíamos asistir como invitados y con voz en la Mesa Política; para sugerir durante 5 minutos, un encause de acción con un mínimo grado de crítica posible.
Cualquier frenteamplista no orgánico, sin conocimiento del funcionamiento interno, podría interpretar que somos mazoquistas. Si así ocurriera, debería responderle que no. Que aunque esas actitudes duelan, se superan a diario principalmente, porque asumimos un compromiso de vida con nuestros iguales de a pié, una razón de ser con nuestra conciencia, entendiendo que no existe mejor premio que el reconocimiento de la Gente de que no fallaste moralmente, aunque te equivocaras mil veces.
“Las tuyas a mi me dices”
Pero si se enfocara desde otro ángulo que el de un simple espectador y desbordado por trascendidos, descubriría que quienes reclaman públicamente cambios de fondo en el funcionamiento orgánico, son los mismos que desde aquel momento, han participado en la conducción de la fuerza política y sacado provecho de esa situación; no siendo receptivos a las demandas de los militantes de cualquier franja etárea, que hubiera llevado a corregir, racional y oportunamente, cualquier erróneo procedimiento político.
Y no por reacción circunstancial ante resultados adversos.
Por otra parte, no faltan quienes proponen la desaparición de los grupos menores con diferentes excusas; unos pretendiendo acelerar los tiempos de debate y otros buscando eliminar lo que consideran como obstáculo el mecanismo del veto a las decisiones mayoritarias, cuando no se acuerda con las mismas.
Estas cuestiones que aparecen como de reciente aparición, cumplieron su mayoría de edad y nosotros no caemos en evocaciones nostálgicas, simplemente tenemos memoria, para lo positivo y lo negativo.
CON TODAS LAS VOCES, SIN QUE FALTE NINGUNA, POR LA UNIDAD...¡VIVA EL FRENTE AMPLIO!
SOY DE IZQUIERDA
